Palabra viva del corazón de María
Reflexiones inspiradas en la maternidad espiritual de María.
María, Madre de la Humanidad Doliente
En la cruz, Jesús nos entregó a María como Madre. Desde entonces, ella acoge a cada ser humano con ternura maternal. En nuestros sufrimientos, soledades y angustias, su Corazón Inmaculado permanece cercano, como una fuente de consuelo, paz y fortaleza.
María, Educadora del Corazón
Como verdadera madre espiritual, María no solo cuida, sino que educa. Forma nuestros corazones en la humildad, la obediencia y la fe. Nos enseña a vivir el Evangelio en lo cotidiano, y a contemplar el mundo con los ojos de Dios.
María, Intercesora Incansable
Una madre jamás olvida a sus hijos. María intercede sin cesar por nuestras necesidades, incluso antes de que se las expresemos. Su presencia silenciosa, pero poderosa, es puente seguro entre nuestras miserias y la misericordia infinita del Padre.
María, Maestra del Silencio
La maternidad espiritual de María no se impone, sino que guía con sabiduría y silencio. Su vida es escuela de contemplación. Nos invita a guardar todo en el corazón, como ella, y a encontrar a Dios en lo oculto, en lo pequeño, en lo aparentemente insignificante.
María, Madre que engendra la fe
En cada corazón que se abre a la gracia, María engendra una nueva vida de fe. Ella, que dijo “sí” sin reservas, nos enseña a fiarnos de Dios incluso en medio de la incertidumbre. Su maternidad espiritual da forma al alma creyente.
María, Corazón Abierto para Todos
Su manto es refugio seguro. No excluye a nadie: pecadores, heridos, ignorantes, justos y santos… todos cabemos bajo su amor maternal. Villa María, consagrada a su Inmaculado Corazón, será el hogar donde cada hijo podrá sentirse amado y redimido.
Meditaciones sobre el Inmaculado Corazón y su unión
con el Corazón de Jesús.
El Corazón de María es el primero en amar verdaderamente a Jesús
Su amor virginal, tierno, ardiente y sin mancha es reflejo purísimo del mismo amor del Hijo de Dios. Desde la Encarnación hasta la Cruz, María guardó en su Corazón todos los misterios de la vida de Cristo. Contemplar su Corazón es contemplar el rostro misericordioso del Padre hecho carne en Jesús.
Dos Corazones, un solo latido de redención
El Inmaculado Corazón de María no tiene sentido sino en su unión perfecta con el Sagrado Corazón de Jesús. En la Cruz, cuando el Corazón de Cristo es traspasado por la lanza, el de María también es herido de dolor. Los Dos Corazones laten al unísono: uno ofreciendo, el otro acompañando; uno redimiendo, el otro cooperando.
La consagración al Inmaculado Corazón
Camino seguro al Corazón de Jesús.
El triunfo del Inmaculado Corazón
Esperanza para el mundo.
Corazón Doloroso e Inmaculado de María
Corredentora con Cristo. Desde la profecía de Simeón, María supo que su camino sería de dolor. Cada paso de Jesús hacia el Calvario fue compartido por Ella en silencio, con fortaleza, en fe, en obediencia. Su Corazón Inmaculado fue traspasado por la espada del sufrimiento unido al Redentor. No hay redención sin el “fiat” de María.
La Virgen ha prometido que su Inmaculado Corazón triunfará
Este triunfo no es político, sino espiritual: es el reinado del Corazón de Jesús en los corazones de los hombres, instaurado a través del Corazón de María. Ella es el Arca que nos lleva seguros al puerto de la salvación.